Una peluquería muy especial
El cuarteto ‘Los cortes de Cádiz’, representa una peluquería clásica, Tortellini es su nombre, donde se hacen “los cortes de Cádiz” clásicos. El peluquero critica el grito de Cristiano Ronaldo, pero hace lo mismo cuando entra un cliente en la peluquería, de lo que anda escaso. El cliente es el batería de un grupo heavy, con una larga melena que pide que le corte “dos deítos na más”. Cuando pasa un amigo por la calle, el peluquero lo llama con su parte gaditana, no con la italiana, y aparece Eduardo Manostijeras. Él es el que se encarga del corte de pelo del batería de grupo heavy, y le corta la oreja. Y al final, le corta todo el pelo, pero le engaña y le enseña una foto de Brad Pitt.
Los cuplés, el primero a los selfies, que dicen que viene del inglés, que significa “hacerse las cosas uno mismo”, y para ellos eso tiene otro nombre, no apto para menores de 18 años. El segundo sobre un partido de fútbol del mundial, donde conoció a una brasileña. Pero al final no ligó con ella y “tuvo que hacerse un selfie”.
En el tema libre, el peluquero parece que está hablando del regreso de Juan Carlos Aragón y confunde a Eduardo Manostijera, porque al final está hablando del regreso de Fernando Torres. Y entra un ladrón, que sale espantado al ver las manos de Eduardo y la tijera del peluquero, y regresa con una metralleta. El peluquero da la alarma para que venga la Policía, aunque el ladrón se sorprende cuando no ve ni un céntimo en la caja. Y llega la policía, pero tampoco soluciona mucho del atraco. El ladrón quiere huir a un sitio donde no lo encuentren, a las playas de Jerez. Después pide un Ferrari, pero tampoco lo puede tener. Al final se entrega, aunque le pide al policía que su último deseo es pasar a Cuartos de Final, y el policía le dice que no hay problema… que le trae el Ferrari.
Repertorio con bastantes destellos de humor. El grupo, sin duda, ha ido madurando en los últimos años y ha mejorado su repertorio, adaptando sus monólogos a un cuarteto de Carnaval.