Duelo en la cumbre en busca de un puesto para cuartos
Décimo quinta función clasificatoria, penúltima de esta primera fase, y, de nuevo, sobre el escenario ocho agrupaciones para luchar en buena lid por conseguir, de momento, superar el primer corte del Concurso. La primera agrupación en salir al escenario fue uno de los coros más esperados, el viñero, que este año lleva letra y la música de Enrique Valdivia.
Los tenores y segundas se disfrazaron de los dos duelistas que, a mediados del siglo XIX, se iban a batir a pistola al amanecer. Los componentes de la orquesta y de la cuerda de bajos iban de padrinos de este duelo que se iba a desarrollar en La Caleta. Un tipo alusivo al nombre con el que concursa: ¡¡¡Pim, pam, pum!!! El grupo ofreció una fuerte presentación, a pesar de sus pocos componentes, que levantó los primeros aplausos de un público que aguardaba ya los compases del dos por cuatro de su majestad el tango, en este caso el viñero que tanto gusta a los buenos aficionados.
Tras los sones de la orquesta de pulso y púa llegó la primera letra de tango que hablaba de la Justicia, más concretamente criticando la salida de las cárceles de peligrosos delincuentes y asesinos de ETA. La segunda fue un piropo al Cristo de la Palma. Ovación para la puesta en escena del coro y para las primera letras del repertorio. A continuación sonaron los dos cuplés. El primero de ellos trataba sobre el dinero que tiene su suegra y el segundo recordaba a dos grandes artistas de la farándula como fueron Sara Montiel y Manolo Escobar.
Tras ellos, después una nueva ovación del público, llegó el popurrí para poner el punto final a la actuación de los copleros llegados desde las entrañas del barrio de La Viña, que el pasado año no pudo pasar el primer corte con El coro de Julio. El público se volcó y despidió a los coristas con una sonora ovación.