Abre la última sesión de semifinales del COAC 2020, la comparsa gaditana, La ciudad de Dios. Tercer pase de esta favela de Rio de Janeiro, que contagia con sus ritmos musicales al público del Teatro Falla. En el primero de los pasodobles dedicado a los copleros de los años ochenta. Recuerdan a muchos de ellos, con los que aprendieron la esencia del carnaval. Canciones que escuchaban para dormir. Aquí están ellos para seguir defendiendo las coplas gaditanas. El segundo sobre el desinterés de la Junta por el futuro de Valcárcel. Culpan a los gaditanos de dormirse a la hora de votar, sin pensar que el futuro está en nuestras manos. No nos podemos rendir hasta recuperar lo que nos corresponde. Que se enteren allí que estamos cansados de agachar la cabeza. El primer cuplé a su prima que está embarazada y no para de enseñar ecografías. Cuando salió la niña en lugar de llorar, dijo que estaba hasta el mismo de hacerse fotos. El segundo a los móviles de ahora que funcionan de la misma manera y se les va de las manos. Terminan su actuación con el popurrí y quedan a la espera de la decisión del jurado para saber si estarán el viernes en la Gran Final.
Nueva actuación, en esta ocasión en la fase de semifinales, para la chirigota del Selu, Estrés por cuatro, que se vuelven a presentar, sobre las tablas del Falla, totalmente estresados por el carnaval. Una agrupación que continúa con las pulsaciones al límite y cantando con el corazón. El primero de los pasodobles a los problemas que tienen con la sexualidad. Su mujer le dice que ya que tira tantos pitos, con la actuación de la chirigota, que tire también el suyo, que si que está para tirarlo. El segundo al vicio que tiene la gente con los móviles. Ellos están haciendo una campaña en contra de las redes sociales. Se lo han dicho a sus amigos y han tenido tres mil me gusta. El primer cuplé a la estética de los políticos. Abascal va bien peinado con un flequillo para que no se vea los dos dedos de frente que tiene. El segundo al rey Felipe VI. Cuando el paracaidista se quedó colgando, él ni se inmutó porque estaría acostumbrado a ver a su padre enganchado a una farola. Terminan su actuación con el popurrí y tendrán que controlar su estrés al menos hasta conocer el veredicto del jurado.
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