Un frutero con mucho sabor
Un frutero con mucha variedad: la uva, que se mosquea en fin de año, la piña quiere cantar, pero es una "piña colada", la pera, que tiene la forma de El Canijo, con el kiwi, se cagan, con el higo y con el plátano, procuran no hacer rima, pero con la chirimoya... ya llegó febrero. Y el que no se agache, que se convierta en un biofrutas. Los pasodobles, que comienzan con la música de la serie 'Los fruitis', el primero, con los colores de la bandera del arco iris, explican qué significa para los homosexuales, el morado de los que murieron en un cárcel, el azul, las lágrimas que han derramado. El segundo, tomando como hilo conductor la exhibición aérea en la playa, dicen que esos aviones no se pueden tomar con el nombre de la paz, porque son máquinas de guerra. Los cuplés, que animan al patio de butacas a cantarlo con ellos. El primero, a Isabel Pantoja. Genial el juego con las terminaciones. Y en el segundo, siguen jugando con las terminaciones, hablan de las mujeres que le gustan, menos la Teo. El popurrit, genial, cada cuarteta provocaba la risa entre la afición, que lo despide en pie y a grito de ¡chirigota, chirigota! El Canijo ha venido fuerte este año al Concurso. No quiere llegar solo a semifinales. Viene con la intención de estar el 4 de marzo en la Gran Final.